Irrigador Dental

Por qué incluirlo en tu higiene diaria

¿Qué es?

 

El irrigador dental es un dispositivo que remueve los restos de comida que pueden haber quedado entre los dientes y las encías, mediante un chorro de agua a presión, logra eliminar residuos que no han sido eliminados en el cepillado, por ser lugares de difícil acceso. También ayuda a eliminar la placa dental (sarro).

Los componentes de un irrigador deben ser el depósito de agua, un mecanismo para regular la presión y una boquilla para distintas zonas de la cavidad bucal.

Hay irrigadores portátiles, otros con diferentes tipos de boquilla, los que se conectan al grifo y aquellos unidos a un cepillo eléctrico.

 

 

 

Por qué incluirlo en tu higiene diaria

 

El irrigador es un complemento de higiene dental muy recomendado por los dentistas, aunque en el caso de algunas personas se aconseja especialmente.

Aquellas personas que tienen un mayor riesgo de sufrir patologías orales, como caries, una enfermedad periodontal o cuentan con implantes, coronas o brackets, la limpieza debe ser más profunda y estas afecciones la dificultan.

Los beneficios de este aparato son obvios, ya que previene del sarro ante la eliminación de la placa dentaria y además masajea las encías reduciendo así el sangrado o inflamación de las mismas.

Además, para las personas que sufren halitosis puede suponer un aliado, pues elimina el mal sabor de boca, hay una mayor limpieza de impurezas y deja sensación de frescor.

Una dentadura tratada con un irrigador, es memos propensa a que los dientes amarilleen o la acumulación de manchas.

Es recomendable su uso una vez al día, sobre todo antes de dormir y mantener la presión durante unos pocos segundos en cada diente, sin pasarse de los dos minutos máximo de uso general.

 

¡Inclúyelo en tu rutina y notarás la diferencia!